Solemos no prestar atención a nuestro cuerpo, como si nuestro cuerpo fuera un apéndice que simplemente tomamos en cuenta cuando no nos permite hacer aquello que nos place. El cuerpo, muy al contrario, es una liado que nos suele avisar de muchas cosas que nos están aconteciendo y afectando antes de que podamos hacer una elaboración consciente de ello. Por eso es tan importante que los niños y los adolescentes aprendan a escuchar el cuerpo y las señales que este comunica. Desde cosas tan sencillas como identificar que el cansancio comienza con un pequeño enfado o que el estrés viene precedido de un dolor de tripa a algo tan complejo como cómo afectan nuestros sentimientos a cerca de una situación concreta a nuestra postura o cómo las tensiones quedan grabadas en los tejidos como una memoria. Para ellos enseño a los niños y a los adolescentes a prestar atención a lo que comunica su cuerpo y ejercicios simples, basados en técnicas de osteopatía, para que puedan liberar las tensiones y el estrés.