La Etioterapia y la Kinesiología son las principales disciplinas o técnicas con las que trabajo. El motivo por el que las considero así, es porque ambas abordan el trabajo terapéutico y el cuerpo desde una perspectiva respetuosa con las prioridades del sistema vivo que somos, escuchando sus tiempos, y con lo que puede asumir y metabolizar en cada momento; la otra cosa común que comparten es un “lenguaje” (la kinesiología a través del test muscular y la etioterapia a través del pulso VAS o RAC) que permite acceder a la información del cuerpo desde una “objetividad” que evita las proyecciones o suposiciones subjetivas del terapeuta. El trabajo se complementa con otras técnicas –la osteopatía sacrocraneal biodinámica, la medicina y acupuntura taoístas, los sistemas florales– que sirven de soporte al trabajo con etioterapia y kinesiología como elementos que ayudan a preparar el sistema para la sesión y a dinamizar el proceso de metabolización de la misma durante y después de que haya terminado.